miércoles, 5 de noviembre de 2014

"Can vei la lauceta mover" (Cuando veo a la alondra mover)

Un precioso poema en provenzal que hemos escuchado hace un par de días en clase de literatura universal. Me encanta la época medieval, y al escuchar este cantar tan precioso, no pude evitar el querer compartirlo con vosotros.
¡Espero que lo disfrutéis!




Cuando veo a la alondra mover
de alegría sus alas contra el rayo del sol,
y se desvanece y se deja caer
por la dulzura que le llega al corazón,
¡ay!, me entra una envidia tan grande
de cualquiera que vea gozoso,
que me maravillo de que al momento
el corazón no se funda de deseo.


lunes, 22 de septiembre de 2014

Book Girl


Como primera tarea de curso, el tutor nos pidió que hiciéramos una redacción sobre los siguientes tres puntos:
  1. De dónde vengo.
  2. Dónde estoy ahora.
  3. Hacia dónde me dirijo.
En un principio es algo que no se visulmbra claro. ¿Habrá que tomárselo literal? Como se puede imaginar, es en sentido figurado. Tres puntos que engloban un: "Cúentame los entresijos de tu camino". Es algo no fácil de contar, puesto que a mis diecisiete años, esa senda está todavía siendo trazada. Eso sí: Con pluma, tinta, y papel.

Amo leer y escribir, y es gracias a eso que se me han abierto multitud de puertas. Sin embargo, sólo una de ellas, la cual posee un pomo oxidado cubierto de arañazos (quizá por los años), aquella que se encuentra al final del más angosto pasillo, trazado por inquietas sombras y velas iluminando el resquebrajado papel de pared... Ésa, esa es la que ansío abrir.

No busco que sorprenda, sólo que se me comprenda.
Esta fue mi respuesta.

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sábado, 13 de septiembre de 2014

Anime # 1: Paradise Kiss

Título: Paradise Kiss

Mangaka: Ai Yazawa

Género: Josei

Directores del anime: Osamu Kobayashi, Monotobu Hori, Mitsuyuki Masuhara

Fecha de iniciación: 2005

Duración: 23 min por capítulo

No. de episodios: 12

Estado: Finalizada



SINOPSIS SACADA DE SERIES.LY

"Yukari es una típica estudiante de instituto que obedece a sus padres y va a clase todos los días. Cuando empieza a plantearse su modo de vida, se topa con un grupo de estudiantes de moda que poseen una firma llamada "Paradise Kiss". El grupo necesita encontrar a una modelo para sus diseños en una pasarela que va a tener lugar en poco tiempo, y la eligen a ella. Yukari al principio no quiere mezclarse con gente tan excéntrica, pero poco a poco se va dando cuenta que son buena gente.
Su pasión y entusiasmo siguiendo sus ideales y sueños hacen que acabe replanteándose su vida para hacer lo que realmente quiere: sus propios sueños."


·  ·  ·

OPINIÓN PERSONAL



¡Bueno, bueno! Esta parte de la reseña, ¡sin spoilers! Qué puedo decir de esta serie: Extravagante, dramática, pero realista. Los trabajos de la maravillosa Ai Yazawa se caracterizan por esos toques agridulces que, si bien no presentan un final de cuento, no disgustan y consiguen dejarnos con ganas de más (de esto se trata el manga de género Josei, historias dramáticas para jóvenes adultas).
Ya había visto otro trabajo de esta mangaka hace un par de años (Nana), y tengo que decir que me encantó. Yazawa considera Paradise Kiss como su mejor obra, pero a mi, sinceramente, me gusta bastante más Nana. El manga tiene más capítulos y la historia está más elaborada. ¡Pero bueno! No vamos a hablar más de Nana, sino de Paradise Kiss. 

¿Quién no se probaría uno de los vestidos deslumbrantes de George? A mi personalmente no me gusta llamar demasiado la atención, pero si tuviera una oportunidad como la de Yukari, la aprovecharía sin duda. ¡Cuánto talento albergado en cinco personajes! Sus personalidades no rallan lo típico, son sorprendentes. Desde la personalidad dulce de Miwako hasta la identidad misteriosa de Isabela. En un principio puede parecer que la forma de ser de nuestra protagonista va a ser la misma cantinela de siempre: la típica estudiante apagada y sumergida en la monotonía que se lanza a ser modelo solo por ir detrás de un guaperas.

Es cierto que el amor juega una parte muy importante en la historia, pero Yukari va evolucionando conforme pasan los episodios, hasta llegar al punto de darse cuenta de que en realidad, ella persigue sus sueños, con o sin George. Siempre existirá ese agradecimiento hacia sus nuevos amigos por haberla impulsado a replantearse realmente lo que quiere para su futuro, a no dejarse llevar por la corriente y pararse a pensar: "¿Oye, estudio por costumbre o realmente deseo ir a la universidad?"
Así como George es más maduro de lo que en primer plano aparenta, cosa que me ha sorprendido gratamente (temía que fuera el típico galán superficial, gracias al cielo que no ha sido así. xD).
La relación de estos dos me enamoró por su extravagancia y evolución: no sólo mejora la pareja, también las propias vidas de los integrantes, fuera de esa relación. 

En cuanto a la historia, nos encontramos con la etapa pre-universitaria, tercer año de preparatoria en Japón (lo que viene siendo segundo de bachillerato en España). Te muestran las inquietudes de jóvenes durante ese año tan crucial en sus vidas, la madurez, la toma de decisiones y lo duro que es dejar de ser un niño y atreverse a abrir la cortina que muestra la realidad. Están bastante bien tratados los sentimientos de Yukari y los demás: uno se puede sentir identificado con facilidad. Hablando de experiencias personales, justo ahora voy a comenzar mi segundo de bachillerato, así que la 'identificación' va a pasar de ser algo figurado a algo literal en cero coma. xD

En cuanto al tema de la moda y pasarela: generalizado pero completo. En doce capítulos no es que se pueda hacer mucho, pero aún así, han aprovechado bien esos minutos y mostrado una vista de lo que se cuece entre bastidores. ¡Muchísimo trabajo! Pero el resultado apoteósico lo merece.
La firma "ParaKiss", definitivamente, lo merece.


OPINIÓN PERSONAL CON SPOILERS



Se me rompió el kokoro en pedacitos al vislumbrar la inminente separación de George y Yukari. (TT_TT)/. Pero como he dicho antes, Ai Yazawa se las arregla para que las lágrimas sean dulces.
Pese a todo, a acabado como tenía que acabar. Ella podría haberse marchado con George, pero no era lo que realmente quería: cumplir su sueño de ser modelo. Es más, fue lo que él le aconsejó, que no fuera dependiente y convirtiera en prioridad aquello verdaderamente importante.
Este punto del romance me gustó muchísimo, porque siempre ponen como meta de la protagonista el encontrar a su media naranja ideal, pero en este caso, no es así. Como en la vida real, el amor hacia una pareja es algo "secundario", no menos importante, claro, pero no todo gira en torno a eso.

La bomba que sueltan de que Isabela estaba enamorad@ de George todo el tiempo... Me ha sorprendido muchísimo, pero no me ha disgustado en absoluto. Son amigos de infancia, y viendo lo que pasaron juntos, veo perfectamente normal que acabasen juntos. Sé que no lo dejan claro, pero bueno, puestos a ser ambigüos, ya que no acaba con Yukari, quiero creer que es con Isabela con quien termina.

La niñita de Miwako y Arashi... ¡Me quedé con las ganas de verla! Pero no la muestran ni el manga ni en el anime... Tengo todavía más curiosidad tras el comentario de Hiro: "¿cómo es posible que se parezca tanto a Arashi si es niña?". Refiriéndose a que, en lugar de parecer adorable, como Miwako, parece rebelde y despierta, como su padre. ¡Y ESO HACE QUE TENGA GANAS DE SABER MÁS DE ELLA! ¿POR QUÉ, MALVADOS PRODUCTORES? T________T

Yukari y Hiro, Hiro y Yukari. Sabía que acabarían juntos desde el momento cero. A diferencia del romance entre Yukari y George, era de película, tal que así, y sabiendo cómo escribe Ai Yazawa, era de esperar que no acabarían juntos. ¡Pero bueno! También me gustó este desenlace. Hiro es el típico chico buenazo que está ahí para lo que necesitas, buen estudiante, comprensivo y tranquilo. Tras una vida de un amor platónico tras otro, ya era hora de que el chico tuviera su oportunidad, y, sinceramente, me alegro de que se enamorara de Yukari.

·  ·  ·

Tengo la sensación de que todos los personajes están donde quieren estar, y eso es lo importante, que sean felices. Así que nada, lectores, ya sabéis... ¡Hay que esforzarse por lo que uno quiere y no rendirse!

"Do you want to?"

"When I woke up tonight I said I'm gonna make somebody love me, I'm gonna make somebody love me. And now I know, now I know, now I know, I know it's youu~ You're lucky, lucky, you're so lucky!"






lunes, 6 de mayo de 2013

Creepy. Chiharu memories.

Intenté respirar, pero el traqueteo se hacía cada vez más audible. "Voy a morir" "Voy a morir" me decia continuamente. 
Bajé a trompicones las escaleras, cayendo de bruces contra el suelo en los últimos escalones.
Una respiración entrecortada: el traqueteo del fantasma de Kayako no me dejaba tranquila, sentía mi cabeza explotar. Y a pesar de gritar "basta" con todas mis fuerzas, el espeluznante sonido seguía ahí. 
Entonces llegué a la puerta y la aporreé como si ese fuera mi oficio predilecto. 
"Ayuda" decía, pero nadie oía. "AYUDA" pedía, pero nadie acudía. Entonces apareció tras las escaleras, en la esquina, un cabello negro como el carbón y unos ojos inyectados en sangre, amenazándome. Se arrastraba hacia mi con sus dos manos, como una serpiente. Parecía que hacía un esfuerzo sobrehumano por alcanzarme, pero su espíritu vengativo era mas fuerte. 
Iba a matarme.
Entonces dirijí mis ojos hacia arriba y vi al pequeño Toshio mirarme con sus cuencas oscuras, casi vacías. Diciendo con una voz que yo recordaba como robótica: "Oka-san".
Bajé mis ojos. El traqueteo de Kayako estaba a dos palmos de mí. Me di la vuelta y golpeé la puerta, grité, empujé. Pero nadie del Staff de la película andaba por allí. Ni siquiera Kyoko. 
"¡AYUDA!" 
Comencé a llorar.
Sentí unos fríos brazos recorriendo mi espalda, mis hombros, mi pecho.
Un gélido viento acariciando mi oreja.
Un debil traqueteo.
Después, todo se oscureció.

sábado, 16 de febrero de 2013

Gust of wind.


A strong gust of wind blows her hat away... Wind style, just like Naruto.

Without a word

Y creí que había desaparecido para siempre. De verdad lo creí. En ese momento, me quedé sin respiración. Ya no habría más "Sakura-chan". No habría más "¡Dattebayo!". No habría más citas inesperadas. No habría más "Te quiero" pronunciados sin necesidad de usar palabras. Ya no encontraría esa mirada infinita, repleta de sueños, azul como el cielo de verano. Ah... el cielo de verano está llorando.
Mi alma está llorando.
Pero ¿qué noto? Una cálida mano posándose en mi mejilla izquierda. Abro los ojos con expectación y miro hacia el rostro sonriente. Su rostro sonriente. Y se con certeza que esa sincera sonrisa, dice un claro "No llores, estoy aquí contigo" sin mediar palabra.
Correspondo a esa sonrisa con lágrimas en los ojos, lágrimas de felicidad pura.
Y sí, lloro. Precisamente, lloro por eso, porque estás aquí, conmigo.
Te abrazo con fuerza. No dejaré que te vayas. Nunca más.
Para siempre.

Y en momentos como estos me doy cuenta de que la felicidad es tan pequeña...
que puede ser alzada con una cuchara.


jueves, 29 de noviembre de 2012

Water Reflection.


Let's just be Silent, and watch that beautiful view. 

sábado, 24 de noviembre de 2012

Verdaderos sentimientos.

Y se lanzó. No le importaba nada más, que decirle lo que su corazón gritaba desde hacía ya tiempo.

Te quiero.

Ella se quedó perpleja. Ya lo sabía, pero jamás imaginó cuán lejos podían llegar esos sentimientos. Jamás imaginó que ese tipo de amor existiera. Jamás imaginó que la persona que portaba ese tipo de amor, fuera Él. 

Por ella. Para ella.

—¿A..., a qué viene esto?

—A que ya es hora de decir la verdad.

Apenas tuvo tiempo de apartarse; él ya la tenía entre sus brazos. Protegida. Sonriendo como sólo Él sabía hacerlo. La miró fijamente. La atravesó con sus ojos azules como el cielo.

Ella se ruborizó, se olvidó de todo. Porque Él estaba ahí. No tuvo miedo.

Y se enamoró.

Siempre decía que Él era idiota. Ahora, para ella, era su héroe.

Bueno, en realidad, siempre lo fue.


Nunca más (2): Con los pies en la Tierra

—¡NARUTO! —grité mientras sonaba el molesto ruido del despertador electrónico.
Podía sentir cómo mi corazón palpitaba con fuerza, el sudor resbalando por el perfil de mi cara, mi respiración entrecortada. El nudo en la garganta, a punto de desatarse.

Permanecí sentada y me giré para apagar el despertador, intentando hacer el menor esfuerzo posible. ¿Las cuatro y media? ¿Pero quién narices había pensado que esa hora de levantarse era sentata? Entonces, lo recordé. No había cambiado la dichosa pila desde hacía unos días, y el reloj funcionaba cuando y cómo quería. ¡BINGO! Razon por la cual solía llegar tarde al hospital.
Genial; la situación mejoraba por momentos.

Sentía un dolor punzante en la cabeza, como si miles de agujas estuvieran rozándome sin llegar a atravesar la piel que recubría la fuente de mi inteligencia.

Bueno, inteligencia. Si realmente funcionara esa parte de mi cuerpo, no le habría dejado marcharse.
Pero lo hice. Y aquí estoy, lamentándome por algo en lo que yo soy la verdadera culpable.

Recordé el grito de antes y suspiré con resignación; la visita nocturna no tardaría en poner los pies en la oscura habitación. No me molestaba que mi madre viniera a ver como estaba, pero una parte de mí no podía aguantarlo. No podía porque veía su rostro lloroso y la culpa se hacía más grande. Muchas veces pensé que este sentimiento acabaría por quebrarme la espalda, la carga aumentaba y me asfixiaba. He hecho demasiado daño a la gente que quiero, porque soy egoísta. Y alguien me ha dado una buena lección, quitándome aquello que más quería pero que no era capaz de ver hasta perderlo.

Escuché unos pasos firmes y presurosos. Unos segundos, y ahí que estaba frente a mí.

—¡Sakura! ¿Estás bien? —Mebuki Haruno, la madre más bruta que te podías echar a la cara. Podía ser dulce si se lo proponía, claro. Pero solíamos chocar mucho. Fuera de la relación madre-adolescente, las dos teníamos el mismo carácter. Y eso, quieras que no, prende y termina explotando. Pero era una mujer admirable y valiente a la par, que estaba allí si la necesitabas. Todos tenemos nuestros puntos flacos, ¿no?


Se acercó a mi y me besó en la acalorada mejilla con delicadeza, para después sentarse en el borde de la cama y acariciar con cierta parsimonia mi cabello rosado. Al poco tiempo se dió cuenta de mi febril estado, lo que yo intentaba disimular, sin éxito. Hizo el amago de hablar, pero yo fuí más rápida.


—Estoy bien, tranquila. Sólo ha sido una pesadilla. Nada que no se pueda arreglar con un poco de agua fría —sonreí intentando parecer convincente, pero mis labios estaban hinchados y temblaban al pronunciar palabra. Mi cuerpo no paraba de sufrir espasmos. No había forma de disimular absolutamente nada.

Ví sus profundas ojeras y me puse todavía peor. Estos días casi no había dormido por culpa de mis gritos. Estaba claro, yo era una carga para todos.

—Hija, sabes que no me importa venir. Que no se te pase por la cabeza que me molestas ni ninguna tontería de esas.


Tarde. Me leyó el pensamiento de manera instantánea. No tenía secretos para ella.

Pero no me rendí, continué diciendo lo maravillosamente bien que estaba.

—Ven aquí, anda —me palpó la sudorosa frente para comprobar lo obvio. Ni falta que hacía, se veía a kilómetros de distancia—. Tienes fiebre. Túmbate un poco, que voy a por un analgésico..., de entre todos los que hay en esta casa.


Tengo que reconocer que me reí un poco; y ella también lo hizo.


—Es lo que tiene ser ninja médico, mamá —dije mientras sostenía su mano, evitando que se levantara—. Ya voy yo, no te preocupes. Mejor descansa, que entre tanta pesadilla no te he dejado dormir. Además, no quiero que te hagas un lío entre tanto potingue —bromeé un poco, intentando convencerla.


Pero las lagrimas escaparon sin más, después de pronunciar esa frase. Dolía. Dolía y mi garganta ya no podía seguir ennudada. No podía fingir estar bien cuando no sabía si él seguía vivo o muerto. No podía.


—Cariño... —me abrazó con fuerza y me miró a los ojos, esta vez, como su niña, ya no como mujer —Se lo agradecí. Porque en un momento como ese, no estaba para reproches. Me acercó un pañuelo que guardaba en mi mesita de noche para que me sonara, y mientras yo lo hacía, ella hablaba—. No quiero atosigarte con todo esto, pero tienes un hospital del cual eres casi la dueña después de Tsunade-sama y Shizune. Hay gente que depende de tí, hija, y no puedes tirar la toalla así. ¿Decepcionarías a tu maestra? Ha puesto toda su confianza en tí, y no dudo de que la enorgulleces muchísimo. Pero si vas a estar así, píde que te dé de baja por un tiempo. Estoy convencida de que no tendrá inconveniente. No es bueno ni para los pacientes ni para tí que estés así, y yo creo que un poco de descanso no hace mal a nadie, ¿verdad? —me sonrió con dulzura al decir esto último. 


—Puede que tengas razón... ¡Pero aún me quedan unas revisiones por hacer y...!


—¡Sakura, escúchame! —me interrumpió con brusquedad— ¿Qué fue lo que te dijo Tsunade?


—Un ninja médico no debe morir, no debe estar en primera línea de batalla. Porque si eso ocurre, el resto del grupo no tendrá salvación en caso de necesitarla. Lo primordial es estar a salvo para mantener a salvo a los demás —lo dije sistemáticamente, de carrerilla. Casi parecía que me lo había aprendido de memoria. Bueno, en realidad, así fue en su momento.


Aplicarlo, era otra historia.


—Cada uno tiene una función que desempeñar. Si no sabes cuál es la tuya, es mejor que no hagas nada. Al menos, hasta que lo tengas claro —empezó a mirarme con una dureza que podría atravesar mi alma y desmembrarme; poco a poco. Pero no me callé. Sabía que podía con esto. Pude cuando se fué Sasuke y podré ahora que no está...


Estallé en llanto. Y, con las lágrimas empapando cada vez más mis mejillas, con sus ojos escrutando mi interior, llenos de rabia, rabia llena de dolor, grité. Gritamos. Una y otra vez.


"¡Pero...! ¡Sakura! ¡Sé que puedo! ¿¡Pero no te ves!? ¡Necesitas...! ¡Cállate!"


—¡Bueno, bueno! ¿Qué pasa aquí? Vais a despertar a todo el vecindario.

De repente, ambas nos callamos para mirarle. Ahí estaba mi padre, Kizashi. Escrutándome con la mirada. 

Iba a hablar, quería contarle que ya no podía más, que mamá no me entendía y jamás lo haría. Que no podía quedarme sin hacer nada viendo como otros se esforzaban por mí. Pero me mantuve en silencio, encogida entre sábanas, empapada en sudor, con restos del dolor que me carcomía marcando mis mejillas.

Le hablé con mis ojos. 

Y estoy convencida de que él, en ese instante, lo comprendió todo.

—Es la pesadilla de todas la noches, ¿verdad? —avanzó hacia nosotras hasta sentarse a mi izquierda, para despues acariciar con parsimonia mi cabello rosado mientras me sonreía como sólo él sabía hacerlo.


Así era mi padre. Idiota, calzonazos, pero extremadamente cariñoso. Ahí que estaba dispuesto a echar una mano si le necesitabas. Podía calmar a mi madre, y eso ya era mucho decir. No sé, tenía ese algo que provocaba que le quisieras a pesar de sus tonterías. Él siempre; y cuando digo siempre es siempre, escuchaba.


Naruto era clavado a él. Sobre todo, en la sonrisa. Unas veces ocultaba dolor, otras manifestaba felicidad. Ambos tenían la capacidad de esconder sus dolencias y preocuparse por las de los demás. Era algo increíble.

Y lo sabía mejor que nadie; yo era incapaz de algo así. El egoísmo, la sombra que siempre me acompañó, de la mano del orgullo, hicieron que perdiera aquello que más quería.

Los recuerdos me cubrieron y empezé a sollozar de nuevo. Mamá, ya más calmada, me abrazó con delicadeza, y me escondí en su pecho. El manantial cargado de memorias no quería dejarme vivir en paz. 

"¡Basta!"


Escuché como una voz rota me llamaba y, poco a poco, fui desembarazándome de los brazos de mi madre para observar a los verdosos ojos. Sí, como los míos.

Pero no pude aguantar, desvié la mirada hacia el suelo de la habitación. Y callé. 

—Sakura... —noté el tacto de sus dedos en mi barbilla, la estaba alzando despacio, quería que le mirara. Quería que me enfrentara al problema cara a cara. 


Pero no me obligó a contestar cuando por fin nos cruzamos. Simplemente, sonrió otra vez, y palpó mi frente con sus gruesos labios. Sentí como las lágrimas retrodecían, el sudor se escondía, los ojos se abrían en sorpresa.


Era la manera que mi padre tenía de elogiar la parte de mi cuerpo que más odiaba.


Se alejó cuando comprobó que me había serenado. Volvío a revolverme el pelo antes de comenzar a hablar.


—¿Crees que a Naruto le hubiera gustado verte así?

Y no necesitó hablarme de hospitales, de víctimas, de responsabilidades. Sólo con esa frase, consiguió atención y determinación por mi parte.


Musité un no entre sollozos mientras me sobaba la nariz. Solté la mano que mamá tenía entre las suyas para poder girarme y coger de la mesita de noche un pañuelo de tela, anaranjado. Me soné estrepitosamente.


—Cielo, lo siento —mi madre fue la que rompió el silencio—. No debí gritarte así, se que estás asustada. Yo también. Pero entiende que tus amigos no podrán sobrevivir sin tu ayuda. Eres médico, debes permanecer alerta y a disposición de todos en una misión, y tal y como estás ahora, lo mejor es que descanses unas semanas. ¿Arriesgarías la vida de todos ellos? ¿Tu propia vida? ¿No decías que querías ser de utilidad por encima de todo?

Sabía que tenía razón. Sabía que los dos tenían razón. Eran las dos caras de una misma moneda. Mi padre era más sentimental, más impetuoso, más bromista, más cálido. Mi madre más seria, disciplinada y fría. Pero ambos, enérgicos y luchadores. A los dos les quería muchísimo.

Se complementaban entre ellos, y me complementaban a mí.

Suspiré y miré a ambos lados de la habitación. En unos segundos, ya me había abalanzado sobre ellos. Les abracé lo más fuerte que mis delgados brazos me permitieron. Me calmé, y al hacerlo, me separé de ellos para terminar la conversación.


—Podéis dormir tranquilos, está todo bien —vi el rostro de mamá, la culpabilidad que reinaba en él por haberme gritado minutos antes. Me acerqué a ella y la bese bien fuerte en la mejilla para dejar claro que no se tenía que preocupar más, que parte de la culpa, la mayoría, era mía—. Gracias. Gracias a los dos.


Mamá me acarició la mejilla y sonrió de lado, más animada. Yo correspondí a esa sonrisa, y me preparé para la que me esperaba al girarme y observar a mi padre.

Pero no encontré esa cálida sonrisa, sino otra, más forzada.

"¿Y ahora qué le pasa?"


Ambos se levantaron dispuestos a irse. Cuando mi madre giró la esquina de mi cuarto, papá se detuvo en la puerta.


—Puede que él esté vivo, quién sabe. Pero que no te bloquee el pensamiento del quizá. Él te prometió que volvería y lo hará. Eso es algo que no debes dudar en ningún momento. Pero, mientras le esperas, mantente con los pies en la tierra. Como siempre ha sido. Valiente y bella, al igual que una flor de cerezo. ¿Harás caso de lo que te digo, princesa? 


Finalmente, se volvió para mirarme.

Ahí estaba. La sonrisa.

Asentí llena de felicidad. Pero cómo le quería.

martes, 4 de septiembre de 2012

No te rindas nunca.

Cuando empiezas a disfrutar con las creaciones de los demás, entonces te conviertes en alguien realemente bueno. Porque ya no tienes a la vocecita de "él es mejor" acechándote. Tú eres tú, único e importante. Infravalorándote sólo conseguirás una cosa: no creer en tus posibilidades. Y, al igual que te intentas convencer de tu poca valía, surtiría el mismo efecto, incluso a mayor escala, si en lugar de eso dijeras:
PUEDO HACERLO.