lunes, 6 de mayo de 2013

Creepy. Chiharu memories.

Intenté respirar, pero el traqueteo se hacía cada vez más audible. "Voy a morir" "Voy a morir" me decia continuamente. 
Bajé a trompicones las escaleras, cayendo de bruces contra el suelo en los últimos escalones.
Una respiración entrecortada: el traqueteo del fantasma de Kayako no me dejaba tranquila, sentía mi cabeza explotar. Y a pesar de gritar "basta" con todas mis fuerzas, el espeluznante sonido seguía ahí. 
Entonces llegué a la puerta y la aporreé como si ese fuera mi oficio predilecto. 
"Ayuda" decía, pero nadie oía. "AYUDA" pedía, pero nadie acudía. Entonces apareció tras las escaleras, en la esquina, un cabello negro como el carbón y unos ojos inyectados en sangre, amenazándome. Se arrastraba hacia mi con sus dos manos, como una serpiente. Parecía que hacía un esfuerzo sobrehumano por alcanzarme, pero su espíritu vengativo era mas fuerte. 
Iba a matarme.
Entonces dirijí mis ojos hacia arriba y vi al pequeño Toshio mirarme con sus cuencas oscuras, casi vacías. Diciendo con una voz que yo recordaba como robótica: "Oka-san".
Bajé mis ojos. El traqueteo de Kayako estaba a dos palmos de mí. Me di la vuelta y golpeé la puerta, grité, empujé. Pero nadie del Staff de la película andaba por allí. Ni siquiera Kyoko. 
"¡AYUDA!" 
Comencé a llorar.
Sentí unos fríos brazos recorriendo mi espalda, mis hombros, mi pecho.
Un gélido viento acariciando mi oreja.
Un debil traqueteo.
Después, todo se oscureció.

sábado, 16 de febrero de 2013

Gust of wind.


A strong gust of wind blows her hat away... Wind style, just like Naruto.

Without a word

Y creí que había desaparecido para siempre. De verdad lo creí. En ese momento, me quedé sin respiración. Ya no habría más "Sakura-chan". No habría más "¡Dattebayo!". No habría más citas inesperadas. No habría más "Te quiero" pronunciados sin necesidad de usar palabras. Ya no encontraría esa mirada infinita, repleta de sueños, azul como el cielo de verano. Ah... el cielo de verano está llorando.
Mi alma está llorando.
Pero ¿qué noto? Una cálida mano posándose en mi mejilla izquierda. Abro los ojos con expectación y miro hacia el rostro sonriente. Su rostro sonriente. Y se con certeza que esa sincera sonrisa, dice un claro "No llores, estoy aquí contigo" sin mediar palabra.
Correspondo a esa sonrisa con lágrimas en los ojos, lágrimas de felicidad pura.
Y sí, lloro. Precisamente, lloro por eso, porque estás aquí, conmigo.
Te abrazo con fuerza. No dejaré que te vayas. Nunca más.
Para siempre.

Y en momentos como estos me doy cuenta de que la felicidad es tan pequeña...
que puede ser alzada con una cuchara.