viernes, 12 de agosto de 2011

Nunca más (1): Pesadilla

Veo como otra vez te vas alejando de mí, poco a poco. Intento alcanzarte, pero me es imposible, a pesar de tenderte mi mano y gritarte con todas mis fuerzas. De repente, todo se torna oscuro ante mis ojos, lo que hace que sienta algo similar a la cegera. Para observar a continuación como unos ojos rojos me miran sin ni siquiera parpadear, sin inmutarse.
Debido a la oscuridad que se cierne sobre mí, no puedo distinguir de quien se trata, tan solo esos ojos, esos ojos sádicos y crueles que me miran con expresión expectante, observando cada uno de mis movimientos. Un escalofrío recorre mi espalda, y, antes de que pueda reaccionar, esa sombra asesina de extraña mirada se acerca a mi rápidamente, con aire despreocupado para matarme.

En ese momento, veo toda mi vida pasar por delante de mis ojos. Te veo a tí, con tu enorme sonrisa, diciéndome que todo va a salir bien, que no tenga miedo. Supongo que ya no podré decírtelo... pero sabiendo que tu estarás bien, que no te pasará nada, que te estoy protegiendo, soy feliz. Así que, por favor, Naruto... ¡No vengas a rescatarme!
Sé que voy a morir, pero no tengo miedo. Es más, estoy tranquila, porque por fin haré algo digno de tí. No cosas insignificantes, como solía hacer. Daré mi vida por la tuya, y lo mejor de todo es que sé la razón. Porque te quiero. Porque no podría vivir sin tus estúpidas bromas, pero tampoco sin tu sonrisa ni tu cariño.
Porque si te perdiera, sería como morir en vida. Y si puedo hacer algo que signifique mucho para tí, para así poder compensarte todo el daño que te he hecho, lo haré sin dudarlo un sólo segundo.
Sé de sobra que lo que hay entre nosotros es algo más que amistad, a estas alturas y rozando la muerte, no tiene ningún sentido seguir auto-convenciéndome, y lamento decirte que nunca sabrás que conseguiste cumplir uno de tus sueños, quizá el más importante de todos, quizá no... Sí Naruto, has conseguido que me enamore de tí. Pero ya da igual, se que voy a morir y no tengo miedo...

Estaba preparada para darle la bienvenida al otro mundo cuando, de repente, apareces de la nada y te colocas delante de mí, con los brazos abiertos, mirándome directamente a los ojos; con una expresión bastante tensa y preocupada.
Innumerables gotas caen sobre mi rostro, noto el sabor de la sangre en mi paladar, y entonces, me atrevo a abrir los ojos por completo y te miro con temor. Sé lo que viene a continuación, y rezo al Señor porque no sea lo que creo que es.
La Katana te ha atravesado el pecho completamente.

Siento como mis ojos se humedecen, la vista se vuelve borrosa, y cómo hago siempre... estallo en llanto.
Veo como me sonríes dificultosamente, a la par que la Katana sale de tu cuerpo. Lentamente, el brillo de tus preciosos ojos azules se apaga... al igual que tu vida. Cierras los ojos, como rindiéndote ante las circunstancias, y te desplomas sobre mí.
No tengo ni la más mínima idea de que hacer, parezco estar en un estado de Shock permanente. No quiero creerlo, me niego a asimilar lo que acaba de pasar. ¡No puedes morir!

La oscuridad se va desvaneciendo, hasta dejar ver una explanada completamente estéril, mientras la lluvia cae sobre nosotros.
De nuevo, empizo a llorar, te levanto de encima mío e intento curarte, pero sin éxito.
Yo tambien estoy exhausta, no puedo ni mantenerme en pie.

Acerco mi oído a tu pecho y... no, ¡no puede ser! ¡Naruto! ¿¡Estás bien!? ¡Dime que estas bien! ¡Naruto! ¡VAMOS, IDIOTA! -te doy una sonora bofetada, pero sigues sin abrir los ojos-.

Me siento desfallecer, todas las fuerzas que me quedan me abandonan, también dándose por vencidas. Sin saber que hacer, te grito, te golpeo, te digo que te quiero, pero no reaccionas. Cualquier cosa menos eso, cualquier cosa menos ver a mi Naruto Uzumaki morirse delante de mis narices.
Me acerco a tu rostro y poso lentamente mi labios sobre los tuyos. Esperando un sólo atisbo de vida.
Pero no, por desgracia, no tengo la capacidad de resucitar a los muertos.
Aun así no me rindo, continúo gritándote como una loca, como una loca enamorada...
Bajo la lluvia.

Nunca más: Prólogo

Querido Diario:

Hoy me he despertado temblando de nuevo, con este sudor frío que tanto me incomoda recorriendo cada centímetro de mi cuerpo. Con estas ganas incontrolables de gritar, acompañadas por las mismas lágrimas, gruesas e imparables, deslizándose tortuosamente por mis mejillas, hasta caer en las sábanas con un sonido apenas perceptible. Otra vez esa pesadilla, esa maldita pesadilla que tengo todas y cada una de las noches, sin excepción, atacándome, echándome en cara lo que perdí. Aquella en la que te veo morir delante de mis ojos, pero no puedo hacer nada.
Y, otra vez, acabo gritando tu nombre desesperadamente, como buscando cobijo entre esas palabras.
Ya han pasado tres meses desde que te fuiste, y, desde entonces, sueño contigo, Naruto Uzumaki.


miércoles, 10 de agosto de 2011

Apartaré la tristeza y el dolor, yo protegeré esa sonrisa.

Me encanta esa sonrisa, la auténtica, la más bonita de todas.
Porque cuando la veo, me anima a no rendirme.
Porque cuando la veo, sé con seguridad que no estoy sola.
Me comprende, me entiende, y sé que me protegerá, pase lo que pase.
Incluso en los momentos difíciles, sé que esa sonrisa estará ahí. 
Hacía tanto tiempo que no la veía, la echaba de menos.
No sabía cómo hacerla regresar.
Pero hoy la he vuelto a ver. Ahora tengo un poquito más de esperanza.
Jamás me rendí. Y he aqui el resultado.
Quiero que sepas que eres muy especial para mi, mi mejor amigo. Desde que éramos apenas unos niños.
Y que sepas que lo seguirás siendo. Con tus defectos y virtudes.
Juntos nos haremos más fuertes. Para superar todo aquello que se nos ponga por delante.
Es una promesa.
Intentaré que esa sonrisa no se vuelva a desvanecer.
Porque yo te prometo:
Apartaré la tristeza y el dolor. Yo protegeré esa sonrisa.